Dejar la rutina, y hacer de la vida una aventura

Uno a veces tiende a preguntase ¿Por qué caemos en la rutina?
¿Qué nos hace caer en la rutina? Y en tal caso… ¿Cómo salir de ella?
Quizás pueda que al inicio nos podamos sentir cómodos y asentados, pero hay algo que sí es seguro; el tiempo nos trae cierto peso.
Tarde o temprano todo nos aburre. Es lógico, ¿no? Tal vez, el simple hecho de levantarnos todos los días exactamente a la misma hora, desayunar siempre lo mismo, y así en todos los actos de nuestra vida, podríamos decir que hasta nos deprime.
Así de fácil el peso de los días repitiéndose una y otra vez, nos absorbe.
Nos quita fuerzas y nos desgasta.
Es, como si estuviésemos presos en un reloj de arena. Quietos estáticos e inmovilizados.
Es sencillo caer en la rutina, pienso yo. Es algo quizás típico en el ser humano; ser repetitivo.
Y es tal vez, que la comodidad de la rutina nos vuelve adictos a ella; y aquí puede que este la respuesta a nuestra primera pregunta. (¿Por qué caemos en la rutina?)
Ahora si bien, es fácil caer en ella. ¿Salir también lo es?
Aquella es una pregunta que ronda mi mente hace un par días, a la cual me cuesta dar respuesta.
Pienso que, depende básicamente de la persona en cuestión.
Somos quienes manejamos nuestra propia vida.
Es aquí donde debemos poner el freno y decir ¡Alto!
Pero la cuestión es, ¿Cómo hacer para decir “Alto”? Si nos adentramos un poco en el tema, sé que la respuesta esta ahí. Escondida en algún lugar de nuestra mente, oculta; pero esta.
Supongo que mi respuesta sería… Fuerza de voluntad, querer decir “alto” es uno de los principales motivos para poder dejar la rutina.
No dejemos que la rutina nos domine. La vida siempre debería tener un componente distinto todos los días.
Variemos, cambiemos. Hagamos cada día único, diferente. De aquella forma probablemente quedará impregnado en nuestra memoria con más intensidad.
En simples palabras, cerremos los ojos, dejemos soltar la imaginación; volemos alto, soñemos, transportémonos a otros mundos.
Tengamos nuevos proyectos, conozcamos nuevos lugares, no dejemos nuestras metas inconclusas, vivamos el momento, creamos en nosotros mismos; solo de aquella forma podremos romper la rutina y hacer de nuestra vida una aventura.   
Y así dejarla de lado, y, empezar a actuar.

María Teresa Ciocchi. 

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