Drogas, sexo, alcohol.
¿Por qué será que las adicciones son
tan comunes hoy en día?
La primera línea es muy corta
pienso como para describir la gran cantidad de adicciones que existen.
Las adicciones son un dolor del
alma, se quiera o no admitirlo. Es una
forma de olvidar, de salir de mundo que nos rodea, de dejar de pensar tanto en
aquello que quizás, en algún momento nos lastimo y jamás pudimos superar. Una
forma de ahuyentar los problemas.
Pero sin darnos cuenta en el
camino de las adicciones nos estamos perdiendo a nosotros mismos.
Morimos lentamente, o rápidamente
en algunos casos.
Caer en una adicción es
resbalarnos por un puente. Perder el rumbo.
Al fin y al cabo es lo que
buscamos con cada adicción. Perdernos.
¿Hasta dónde podríamos llegar?
¿Es la muerte el punto límite?
Como se dice a veces, hay que
tocar fondo para salir a flote.
Quizás el problema con las
adicciones es que son divertidas. Uno siempre empieza probando una vez, luego dos,
tres, y así. Las personas terminan agarrándole el gusto.
No nos volvemos adictos porque sí
pienso yo, las drogas tanto como las demás adicciones, funcionan de manera
excelente como para un escape.
Nos estamos fugando, pero, ¿De
qué?
Probablemente de la realidad.
Quizás llego el momento de
empezar a preocuparnos por nosotros.
De dejar el pasado atrás. No
esconderlo. Esconderlo sería un error, porque tarde o temprano vuelve; y si ese
pasado fue doloroso lo mejor que podemos hacer es aguardar que el tiempo cure
las heridas. Hasta que sin darnos cuenta ese pasado tan turbulento, quede
atrás.
Quizás, de aquella formas las
adicciones se superen; enfrentando el dolor.
Todo tiene su causa.
Solo hay que buscar el motivo, y
empezar de apoco a sanar.
Si nos perdemos en una adicción,
perdemos la vida. Nos olvidamos de disfrutar de todo aquello sano y hermoso que
el mundo nos presenta.
Ya que con ellas, todo parece
irreal, confuso.
La realidad es mucho más
excitante.
¿Si no volvemos adictos, que nos
queda? Quizás un mundo donde las penas no existan, el dolor se ausente, la
agonía desaparezca, la felicidad este presente.
Pero, aquel estado es
transitorio. Y la realidad, se vive cada día, y, es un reto enfrentarla.
En aquel momento debemos juntar
toda nuestra fuerza de voluntad, salir al mundo, y simplemente vivir.
A veces, y es posible, temerle a
la realidad. Pero no podemos vivir con aquel miedo.
¿Es el miedo a vivir la realidad
lo que nos vuelve adictos?
Quizás, y en cortas palabras,
diría yo que no solo las adicciones matan literalmente, sino que también al
final del camino nos quedamos solos.
Es hora de enfrentar la realidad,
de vivirla. De disfrutar de todo aquello, como único.
Tal vez, no nos vendría mal
volvernos un poquito adictos a nosotros mismos de vez en cuando.
Ahora bien, luego de superar una adicción ¿Es la
realidad lo que nos mantiene en pie?María Teresa Ciocchi.
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